La elección del fiscal general de la nación en Colombia es un proceso de gran trascendencia, pues se trata del segundo cargo más relevante del país después del presidente. Es un cargo crucial pues, al fin de cuentas, decide quién es investigado, quién no y quién enfrenta cargos judiciales. Por si fuera poco, la institución que dirige cuenta con una amplia burocracia de alcance nacional, de alrededor de 6000 funcionarios. 

Ahora bien, la demora en la elección del nuevo fiscal general no es una novedad, pues históricamente ha sido un proceso que lleva tiempo. Siempre hay un período de transición entre el fiscal saliente y el entrante, durante el cual un fiscal encargado asume temporalmente la posición. Por eso, las críticas sobre la aparente demora en la elección del nuevo fiscal son cuestionables, ya que la Corte Suprema de Justicia siempre ha tomado su tiempo para tomar su decisión. En cualquier caso, la tensión entre el gobierno y la Corte podría complicar aún más el proceso, haciendo que este sea más exigente y prolongado de lo habitual. A esto hay que sumarle que vienen varias vacantes en la Corte por finalización del periodo de varios magistrados; esto hará aun más difícil lograr la mayoría necesaria para elegir fiscal general, si esto no se logra en la próxima sala plena de esa corporación judicial. 

En resumen, la elección del nuevo Fiscal de Colombia es un proceso complejo que requiere tiempo y consideración. Aunque la demora puede generar críticas y preocupaciones, es importante comprender que este es un proceso que ha sido históricamente así. La espera por la elección del nuevo fiscal puede prolongarse, lo que podría resultar en la designación de un Fiscal interino durante varios meses. Paciencia y calma. 

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